Fuente: Esta imagen fue realizada utilizando el modelo de IA del laboratorio de investigación Midjourney. La imagen fue generada automáticamente por el modelo de IA y se realizaron cambios por Jocampor

 

La persistencia de crear seres artificiales que superen a los humanos en inteligencia, habilidades físicas y cognitivas, ha sido objeto de debate desde hace varios siglos. 

En la mitología, hay varios ejemplos de seres artificiales creados por los dioses o los humanos. En la mitología griega, el dios Hefesto creó el robot Talos, un autómata gigante hecho de bronce que protegía a la Creta Minoica de piratas e invasores. En la mitología romana, el rey Eneas construyó un robot llamado Allecto para ayudarlo en su lucha contra los troyanos. También a partir del siglo XVIII surgen autómatas que pueden ser señalados de realizar actividades que imitan actos de expresión como la escritura, el dibujo y la interpretación del piano. En este punto vale la pena realizar una comparación entre la construcción de estos autómatas, con la propuesta de la robot artista AI-DA, en el siglo XXI, del cual se menciona que es “el primer robot artista humanoide ultra realista del mundo, completado en el año 2019” (Meller & Engineered Arts, 2019). Esta máquina fue diseñada para imitar los gestos humanos en la producción artística como la pintura y la escultura.

Fuente: Autómatas de Pierre Jacquet Droz 

 

Fuente: AI-DA https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Ai-Da.jpg

En la literatura, hay varios ejemplos de seres artificiales creados por los humanos. En la obra de Mary Shelley, «Frankenstein» el personaje principal crea un ser artificial a partir de trozos de cuerpo humano. En la obra de H.G. Wells «El hombre invisible» se describe a un científico que crea un serum para hacerse invisible, pero al final se convierte en una amenaza para la humanidad.

Fuente: Maria´s transformation. Metropolis 1927. Director: Fritz lang 

También en el cine, hay varios ejemplos: «Metrópolis» (1927), dirigida por Fritz Lang, la cual es una película de ciencia ficción que cuenta la historia de un futuro distópico en el que las máquinas controlan la vida de las personas. La película plantea preguntas sobre la relación entre las máquinas y los seres humanos y cómo esta relación puede afectar a la sociedad. En la película «Blade Runner» de 1982, un grupo de científicos crea seres artificiales llamados Replicantes, que son superiores a los humanos en inteligencia y habilidades físicas. La película «Ex Machina» de 2014, un empresario tecnológico crea una inteligencia artificial en forma de una mujer robot que es capaz de pensar y sentir como un ser humano. Todo esto es evidenciable en muchas otras películas y manifestaciones artísticas relacionadas con este tema. 

Desde una perspectiva científica, la IA se ha desarrollado a través de varias etapas. 

Inicialmente, en el siglo XIX, el matemático y filósofo Charles Babbage diseñó la primera máquina de computación, conocida como la «Máquina Analytical Engine», que se considera el primer antecedente de las computadoras modernas. A principios del siglo XX, el matemático Alan Turing propuso el concepto «máquina de Turing» que podría simular cualquier proceso computacional, lo que sentó las bases para la computación teórica. Durante la década de 1950 y 1960, desde la psicología cognitiva, la lingüística, la matemática, entre otras disciplinas, se comenzaron a desarrollar teorías y algoritmos para la inteligencia artificial, cuando científicos e investigadores comenzaron a explorar la posibilidad de crear sistemas informáticos que pudieran imitar el comportamiento humano “inteligente”. El objetivo principal del desarrollo de la IA en este momento era crear sistemas que puedan realizar tareas que normalmente requieren intervención humana, como el aprendizaje, el razonamiento y la adaptación.

En la actualidad, la IA se utiliza en una variedad de campos, como la automatización industrial, la medicina, la robótica, la búsqueda en internet, el transporte, la defensa y la seguridad. La IA también está teniendo un impacto en la vida cotidiana de las personas, ya que está siendo utilizada en una variedad de aplicaciones, como el reconocimiento de voz, la asistencia personal y la automatización del hogar. Esto sin duda,  ha cambiado la forma en que las personas interactúan con la tecnología y cómo llevan a cabo sus tareas diarias.

Adicionalmente, la IA está teniendo un gran impacto en las prácticas de producción artística. Esto a través de algunos procesos que dan cuenta del impacto en las artes, como: 

Generación automática de contenido: Los algoritmos de IA pueden generar contenido “artístico” automáticamente, como música (Magenta proyect, Google, proyecto ‘Beethoven X, Imagenes (el próximo Rembrandt Microsoft, Obvius, DeepDream de Mordvintsev et al. (2015), y los más recientes como Midjourney, Stable diffusión entre otros. También se han desarrollado software de creación de textos como es el caso de la escritura del presente artículo que ha sido realizado en colaboración con la IA, chat GPT. Todo esto permite a los artistas crear nuevo contenido de forma más rápida y eficiente, así como explorar nuevas formas de expresión.

Análisis y procesamiento de datos: Los algoritmos de IA pueden analizar grandes cantidades de datos para generar nuevos patrones y tendencias en la producción de imágenes, música y textos. Esto permite a los artistas identificar tendencias y patrones emergentes en la cultura popular y en la sociedad en general.

Interacción con el público: Los sistemas de IA pueden ser utilizados para crear experiencias interactivas con el público. Esto permite a los artistas crear experiencias inmersivas que involucran al espectador y les permite interactuar con el contenido artístico de manera activa para generar nuevos contenidos.

Creación de nuevas formas de expresión: Los algoritmos de IA permiten a los artistas crear formas de expresión que antes eran imposibles, como la generación automática de música o la creación de esculturas e imágenes generadas por computadora.

Modificación y manipulación del contenido: Los algoritmos de IA también permiten a los artistas modificar y manipular el contenido existente de manera más precisa y rápida. Por ejemplo, se pueden utilizar para retocar imágenes, aplicar filtros, generar efectos visuales.

Sin embargo, es importante mencionar que la IA también plantea algunas preocupaciones en el mundo del arte. Por ejemplo, algunos temen que la automatización de la producción artística pueda deshumanizar el arte y reducir la creatividad humana a la automatización que ofrece la IA. También hay preocupaciones sobre la originalidad y la propiedad intelectual al utilizar la IA en la producción de imágenes y sobre la posibilidad de que el arte generado por la IA sea visto como menos valioso o significativo que el arte creado por humanos. Además, se ha discutido sobre el impacto de la IA en el campo laboral de los artistas, ya que algunos temen que la automatización de tareas creativas pueda reducir la demanda de artistas humanos. Sin embargo, otros argumentan que la IA puede liberar a los artistas de tareas rutinarias y aburridas, lo que les permite enfocarse en aspectos más significativos en su trabajo.

Es el caso del presente artículo el cual es resultado de una interlocución nuestra con el Chat GPT, con el que se inició una conversación al punto de tener como resultado los párrafos ya escritos y argumentados anteriormente, Ahora bien, en este punto queremos complementar este intercambio de información humano-máquina con lo siguiente: 

Es el humano quien tiene la capacidad de cambiar el marco de referencia que se otorga a los datos con los cuales se entrena la IA para la producción en artes y este es quién da un punto de vista analógico frente a la información. La máquina no puede plantear rupturas y cambios intuitivos en los marcos de referencia que tienen los datos. Ejemplo, si en la época de Galileo hubiese habido Inteligencia Artificial para analizar los movimientos de la tierra, no se habría podido descubrir que la tierra gira alrededor del sol, dado que el marco de referencia para ese tipo de análisis, no contaría con la información suficiente para poder confirmar dicho movimiento de la tierra (Stiegler et al., 2019). Adicionalmente, la relación humano – máquina en el proceso de “co-producción” en arte, se plantea para nosotros, como un rechazo a la división estricta de ambos en donde la máquina no posee autonomía creativa, y más bien se genera como una visión que recalibra la creatividad humana y la pone en cuestión. Ya no se trata de preguntar por si la máquina es creativa o no, o por si la IA está robando imagenes que no son de su autoría o se basan en el trasnochado sistema de derechos de autor que tenemos actualmente, sino más bien por como creativamente el humano aprovecha dicho aprendizaje maquínico, para potenciar sus imágenes y su producción artística. Comprender cómo los humanos pueden operar dentro de las limitaciones del aparato que forma parte de nosotros, se convierte en una nueva tarea urgente para una –muy necesaria– teoría del arte posthumanista (Zylinska, 2020, p. 54). Refiriéndose al arte producido por artistas en asamblea con una plétora de agentes no humanos, así cómo todo tipo de redes, desde el micelio hasta internet. En este sentido, se plantea que el ser humano puede ser concebido como parte de la máquina y viceversa, dispositivo o sistema y no como inventor, propietario, gobernante o viceversa.

Continuando con el uso del chat GPT, le preguntamos por el futuro del arte mediado por IA y su relación con los artistas (ilustradores, diseñadores, fotógrafos, entre otros):

Hay varios artistas y críticos de arte que han expresado su preocupación sobre el uso de la inteligencia artificial (IA) en la creación de imágenes y otros trabajos artísticos. Algunos argumentan que el arte generado por una IA no es verdadero arte, ya que no es creado por un ser humano y carece de la originalidad y la subjetividad que caracteriza el arte humano.

Algunos artistas se oponen a la idea de que una IA pueda crear arte de la misma manera que un ser humano, y argumentan que el arte generado por una IA es simplemente una imitación o una simulación del arte humano.

En cuanto a los humanos que crean arte basado en la imitación de otros humanos, es importante tener en cuenta que la imitación ha sido una parte importante de la tradición artística desde hace siglos. Los artistas han siempre aprendido de sus predecesores y se han inspirado en el trabajo de otros artistas, tanto en el pasado como en el presente. La imitación puede ser vista como una forma de aprendizaje y una manera de desarrollar habilidades y técnicas, lo cual es esencial para el desarrollo de cualquier artista. Además, la imitación también puede ser una forma de homenaje y respeto hacia los artistas anteriores.

El uso de la IA en el arte y la creación de arte basado en la imitación son temas complejos y pueden ser interpretados de diferentes maneras. Es importante recordar que el arte siempre ha evolucionado y cambiado a lo largo de la historia, y la tecnología es solo una de las muchas influencias que ha contribuido a esa evolución.

 

Referencias: 

Meller, A., & Engineered Arts. (2019, 01 01). About — Ai-Da. Ai-Da. Retrieved March 15, 2022, from https://www.ai-darobot.com/about

Stiegler, B., Pringle, T., & Koch, G. (2019). Machine. University of Minnesota Press.

Zylinska, J. (2020). AI Art. Machine visions and warped dreams. Open humanities press. 

NOTA: El texto escrito en cursiva, fue realizado en colaboración con Chat GPT.

 

Autores:

Juan Rendón

Magíster en Estética

 

Jorge Ocampo

Candidato a Doctor en Artes

Diciembre de 2022